jueves, 23 de mayo de 2013

Rosberg superfavorito a la victoria en Mónaco

Mercedes nunca lo tuvo mejor este año para ganar. En los primeros libres han comprobado que, como sus rivales, pueden hacer una sola parada en Mónaco. Alonso tiene un gran ritmo y puede ser la alternativa si sale segundo de la primera curva.

Son catorce temporadas ya en Mónaco. Siempre con parecidas sensaciones. Llegas el día de las ruedas de prensa, el míércoles, en un avioncito pequeño que te deja en Niza. El aeropuerto está en un terreno ganado al mar y la aproximación es hermosa, de un azul intenso. De la terminal de llegada, abarrotada de gente por la acumulación de eventos, el Festival de Cannes y la Fórmula 1, tienes que coger un autobús que te lleve a otra terminal para coger el coche de alquiler. Cola. Otra media hora más. Te dan el coche y te vas a 80 km/h por la peligrosa e hipervigilada autopista A8. De la salida a Mónaco hasta la sala de prensa del circuito aún queda otra media hora larga de descenso. Toda una gymkana de atascos, y controles de policía para llegar al párking de los Pescadores (Les Pecheurs). También atestado, desciendo entre chirridos hasta la planta menos siete y aparco de suerte.
Desde ahí paseo junto al mar, tres tramos de escalera hasta el paddock y otros tres en subida hasta la sala de prensa. Cuando llegas después de cinco horas reales de viaje (y sólo hora y cincuenta de avión), comienzas a acordarte de toda la familia Grimaldi y del día que alguien se le ocurrió montar una carrera tan complicada para trabajar.

Pero todo cambia cuando notas ese aullido, el eco de los Fórmula 1 en el puerto de Mónaco. Tocan los guardaraíles, derrapan sobre un asfalto grasiento y dan más vueltas que en ningún otro circuito del Mundial. La entrada es cara (menos en la colina junto a la Rascasse), pero el primer jueves vale mucho más que los libres de otros circuitos, con la parafina salpicando y algún que otro piloto sólo al 60% de sus posibilidades. En el Principado no, hay que dar muchas vueltas para adquirir confianza, besar el guardarraíl sin pasarse y poner los cimientos de la imprescindible calificación. Una vuelta mágica que el sábado vale media carrera.
Así las cosas, Rosberg está en esta edición ante una ocasión histórica.
En estos primeros libres en Mercedes han comprobado que pueden hacer una sola parada. Sólo tienen que ir despacio al principio de la carrera para lograrlo. Algo que les iguala en estrategia al resto de sus rivales. A una vuelta, y gracias a que llegan al último sector con los neumáticos en su punto óptimo de funcionamiento, son ahora mismo imbatibles. Salvo error por parte de los pilotos, la pole debería ser para uno de ellos. Eso sí, si por la razón que sea, el siguiente en la lista (por su estupendo ritmo mejor que Red Bull y Kimi, y buen punch a una vuelta) es Alonso y se coloca segundo en la primera curva, entonces tendría alguna opción de victoria por estrategia. El otro aspirante es Raikkonen, que puede ir muy bien en carrera con las superblandas, si va más tranquilo en las primeras vueltas. De hecho, fue el que marcó los mejores registros parciales en dos vueltas de su simulación de carrera, aunque se le fueron antes los neumáticos que a Alonso.
Mañana toca descanso y en dos días la calificación. Eso sí, con bastante más fresquito, posibilidad de lluvia y la duda planeando sobre unos Red Bull que en la primera jornada estuvieron un pelín más atrás de lo normal a una vuelta.

2 comentarios:

  1. Realmente debe ser un GP muy especial, aunque tenga todos los inconvenientes descritos. Pero son de los pocos GP históricos que quedan. Lo tengo apuntado en mis deberes de aficionado a F1.
    Saludos Carlos y buen gran premio
    (manuel_a_martín)

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  2. Mucho ojo con los redbull a una vuelta Vettel va muy bien ha ido siempre, y creo que van de tapados.

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