Alonso cree que puede luchar por la victoria en dos de las siete carreras (Italia y Singapur) que quedan, mientras en Red Bull se han fijado ser campeones dentro de cuatro pruebas, en Corea
El problema del Ferrari 150 Italia es de base. Se trata del único equipo de los grandes que utiliza una suspensión trasera push-rod (por empujadores) en lugar de una pull-rod (por tiradores), más sencilla de poner a punto, pero menos eficaz aerodinámicamente. En la escudería italiana pensaron que era la mejor opción en un Mundial donde se esperaba que las ruedas Pirelli se destruyeran. “La calificación este año no será tan importante”. ¿Recuerdan esa frase de Domenicali en pretemporada?
Es decir, en vez de trabajar en paliar el problema del anterior coche a una vuelta, intentaron potenciar sus cualidades en carrera. En Red Bull han continuado, sin embargo, buscando la prestación y máxima carga aerodinámica a ultranza más allá de la velocidad en recta. Con más carga, los neumáticos se degradan menos.
Varios meses después, y perdidos en varios intentos de suspensión trasera, el 150 Italia sigue sin calentar bien los neumáticos. Así los explicaba en Spa, después de la carrera, Stefano Domenicali: “Hemos visto lo rápido que iba Vettel con los compuestos más duros y por eso estamos centrados en mejorar donde más perdemos respecto a ellos. Es una pena, porque Fernando hizo una gran carrera, siempre al ataque. Mejorarlo es nuestro principal objetivo para el proyecto de 2012”.
A Bélgica aterrizaron con la suspensión previa a Silverstone, pensando que tal vez les ayudaría a calentar mejor los neumáticos medios, pero resultó un fiasco. Y está siendo analizada para ver si la vuelven a poner en lo que queda de año, aunque Domenicali no sabe si ha sido de verdad perjudicial: “No lo sé, la verdad porque sufrimos cuando las ruedas se enfrentan a las temperaturas más frías, ésa es la verdad. Y estamos trabajando a fondo para solucionarlo”.
Así las cosas, Alonso cree que la victoria podría ser posible en dos escenarios extraños como Monza y Singapur (de los siete que quedan), y Red Bull se ha fijado un objetivo, proclamarse campeones dentro de cuatro carreras (en Corea, 16 de octubre) y con tres todavía por disputarse. Y Pat Fry, el director técnico de la escudería, promete que seguirán trabajando en el actual coche: “Tenemos evoluciones aerodinámicas previstas para Monza (11 de septiembre) y Suzuka (9 de octubre)".
Red Bull levanta las iras de
Pirelli por la polémica del blistering
Adrian Newey terminó la carrera llorando. Llegó a meditar que sus dos pilotos salieran desde el pit lane por los blisters (ampollas) en los compuestos de calificación: “Nos dijeron que la única forma de que los neumáticos aguantaran era aumentar la presión de las ruedas delanteras. Pero eso suponía modificar el camber o ángulo de la suspensión y nos obligaba a salir de boxes. Por seguridad hicimos la petición de no salir con esos neumáticos a la FIA, nos la negaron”. Como es lógico.
La petición azul previa a la carrera ha enfadado a al jefe de Pirelli, Paul Hembery: “No ha sido un problema de ruedas, sino del camber que utilizó Red Bull en sus coches, mayor de los cuatro grados aconsejados previamente por nosotros. Nos han colocado en una situación injusta, tendríamos que haber respondido si llega a haber algún problema, y lo podrían haber solucionado sólo con salir de boxes con otro juego de neumáticos”.