Perdonad el tiempo que llevo sin escribir. Esta ha sido una semana dura para mí y mi familia, pero al menos ha terminado con una gran carrera en Mónaco, plena de emoción hasta la última vuelta. Escribo mis crónicas en La Gaceta, pero como a veces no salen en internet, os dejo aquí los dos temas principales de la apasionante jornada de ayer, el carrerón y el 'caso Hamilton'.
Una pole incontestable, una carrera sin fallos y una concatenación de afortunados sucesos le dieron a Sebastian Vettel su quinto triunfo del año. Por error, en una larguísima parada le pusieron neumáticos blandos en lugar de los extrablandos previstos. Además, con el tiempo perdido en boxes se convertían en presa fácil de Button. De no ser por el azar, deberían haber estado en pista con los compuestos más tiernos y obligados a una parada más. Sin embargo, en su muro decidieron no parar con la primera salida del coche de seguridad y jugársela a una sola detención. Una solución que al final resultó clave en la victoria, aliada con una bandera. Una señal que, para Alonso, fue una maldita bandera roja.
Teóricamente la idea era una barbaridad, porque debían durarle 62 vueltas, pero el RB7 tiene tanta carga aerodinámica, desliza tan poco, que es el coche que menos castiga los neumáticos. Alonso aprovechó la primera salida del coche de seguridad para hacer su última parada. Desde el comienzo su carrera fue perfecta. Primero pasó a Webber en los primeros metros y llegó a emparejarse con Button. Y después fue una sombra al acecho, primero del británico con un coche inferior, y después de Vettel. Jenson se puso líder hasta que se detuvo por segunda vez con el coche de seguridad. Igual que el asturiano, que ya no se pararía más con cuarenta vueltas para sus duras, una táctica lógica y bastante acertada. Mejor que la de calificación.
Por detrás, un desatado Hamilton que ya se había cargado la carrera de Massa. Con el paso de las vueltas la tensión en el viejo puerto del Principado se hizo irrespirable. Alonso comenzó a cercar a Vettel, con ya muy pocos neumáticos, mientras Button, con una parada extra poco comprensible, presionaba al Ferrari número cinco. Fernando lo intentaba una y otra vez, pero el RB7 traccionaba muchísimo en la entrada a meta. Levantaba su alerón, le enseñaba el morro y buscaba el interior... sin éxito. Además, Vettel se defendía como mandan los cánones, frenaba mucho a la entrada de la curva Anthony Nogues, dejaba a su rival clavado y se alejaba a la salida de la curva.
Los líderes llegaron a un animado grupo a punto de ser doblado. Un pelotón a espaldas de un Sutil en graves apuros. El alemán sufrió un reventón, Hamilton (otra vez él) frenó bruscamente para no chocarse, Alguersuari le dio por detrás y Petrov se fue contra el guardarraíl. Vettel escapó por pelos del incidente y el trío de cabeza esquivó como pudo las piezas. Había que sacar al piloto ruso del coche. Bandera roja a diez vueltas del final. Todos a parrilla y posibilidad de cambiar neumáticos. Este era el oxígeno de 'Seb' para ganar y el antídoto contra el ataque de Alonso: “Iba a intentar atacar al final. Sin la bandera roja hubiera tenido opción de ganar”. En la reanudación, los rodillos azules marcaron la vuelta rápida y los barcos saludaron con sus bocinas el primer triunfo de Vettel en el Principado.
En el podio le esperaban la bella Carlota, la futura y tímida princesa Charlotte y el príncipe Alberto. Allí sonreía un asturiano vacío por la tensión y el esfuerzo, consciente ya de que, con cinco triunfos de Vettel, el Mundial está muy cuesta arriba: “Está complicado. Para ganarlo tenemos que reducir la distancia, pero no es fácil, los Red Bull son muy superiores. Sebastian está haciendo un campeonato fantástico. Ha ganado cinco carreras de seis disputadas, como pasó en 2009 con Button. Por lo visto en los últimos años, el piloto que gana 5 o 6 carreras gana el título”.
Hamilton ironiza sobre los comisarios:
“Tal vez me sancionan por ser negro”
Y niega responsabilidad alguna en las dos colisiones que provocó a Massa y Maldonado: “Uno se me echó encima y el otro se cerró antes de tiempo. Estos pilotos son absolutamente ridículos. Es algo estúpido”
El verdadero Lewis Hamilton, un espectacular piloto que es un absoluto caimán en la pista, enseñó sus garras ayer en unas enojadísimas declaraciones ante la BBC.
Lejos de sentir culpabilidad alguna por causar los accidentes de Massa (al que seguía empujando después de tocarle en Loews y descuadró el coche) y Maldonado, al que causó su abandono cuando estaba firmando un brillante sexto con el Williams, arremetió contra ellos: “Iba mucho más deprisa que Felipe y se me echó encima. Y me sancionan a mí. En calificación me estorbó y me sancionaron a mí. No he tenido ninguna culpa. Y respecto a lo de Pastor en la tele se ha podido ver que giró demasiado pronto para que no me adelantara y se chocó conmigo. Estos pilotos son ridículos, malditamente ridículos. Es estúpido”.
Le cayeron dos drive through por ambas maniobras, pero tuvo suerte de conservar la sexta plaza final después de lo del venezolano. A Pastor nadie le devuelve ya sus puntos. Muy enfadado, Felipe dio su versión: “Me intentaba pasar por el piano en Loews y por ahí no se puede. Me dañó el coche, que se me fue a la entrada del túnel y terminé por chocarme. Lo que ha hecho es increíble, también para los otros pilotos. La FIA debería sancionarle aún más, porque si no es así no aprenderá. Quizás sea el piloto que pase más tiempo con los comisarios”.
Pastor fue más comedido: “Ha sido demasiado ambicioso, me ha tocado y me ha sacado de la pista”. Pero fuera de micrófono le decía de todo menos guapo. En cualquier caso, lo más grave es que Lewis bromeó con el racismo para justificar las sanciones: “Después de seis carreras he ido cinco veces a ver a los comisarios, es una broma. Es una maldita broma”. La periodista le pregunta que si sabe por qué le vigilan tanto. Y él, con ironía contesta: “Tal vez porque soy negro... Eso es lo que dice Ali G. No lo sé”. Ali G es un personaje humorístico blanco que imita a los raperos negros.
Este es link de la entrevista polémica:
http://www.youtube.com/watch?v=Qx3a1IgwDKk
Como casi siempre, Mónaco no defraudó y nos quedamos con las ganas de disfrutar de unas últimas vueltas épicas, con Alonso atacando y Vettel defendiéndose y achicando espacios.
ResponderEliminarUna pena la verdad, no sabemos quién se habría llevado el gato al agua ya que a pesar de la diferencia de neumáticos todos sabemos que adelantar en el Principado a un RB con un piloto como Vettel es casi imposible, pero nos hubiésemos divertido muchísimo,eso seguro.
Creo que este GP debe significar una inyección de moral para Fernando después del varapalo de Montmelo.Veremos que pasa en Canadá...
En cuanto a Hamilton, lo de siempre, el niño mimado de la FIA, solo por esas declaraciones hablando del racismo aunque sean en tono jocoso deberían meterle una buena sanción. Además de que todos hemos visto como su manera de conducir tan agresiva, intentando adelantar en lugares "imposibles" sobre todo en un circuito como el monegasco, ha llevado a Pastor y Massa a acabar fuera de carrera.
Un abrazo Carlos y nos alegramos de volverte a leer en tú blog.
José Luis Bernal.