lunes, 25 de marzo de 2013

La gran mascarada de Red Bull


Detrás de la enorme bronca entre Webber y Vettel en Sepang pueden estar mensajes contradictorios desde boxes. Una estrategia oculta y arriesgada para que ganara de nuevo su número uno

Se fijaron las posiciones por radio ("Box 21"), cierto, pero también se perjudicó a Webber alargando su parada. Y beneficiaron a Vettel al sacarle a pista con neumáticos medios nuevos, ocho décimas más veloces que los de su compañero. A Seb se le dio alas como un cazador y de ahí su lastimoso y contradictorio mensaje; “Le pido disculpas a Webber, esta victoria debería haber sido suya, no lo hice deliberadamente. Claro que quise adelantar, pero no quiero decir con eso que me saltara las órdenes del equipo... Fue un grave error por mi parte, aquí soy yo la oveja negra”.
Y, más allá de las caras serias en el podio y los insultos desde el coche entre los pilotos, ahí está el dedo corazón levantado de Webber y el fluido verbo de Seb cuando casi se tocan (“he pasado miedo, ha sido un estúpido”), veo un equipo jugando un doble juego que a punto estuvo de estallarles en las manos. Si de verdad no querían que su número uno intentara adelantar, ¿por qué le dieron las armas para hacerlo?, y otra más, ¿por qué frenan a Webber en su primera vuelta de salida de boxes? O podemos ir más allá, sobre porque no cierran el conflicto como sí lo hicieron después de que Mark, que finalmente cedió, le mandara al tricampeón del mundo al muro. La batalla sólo se terminó del todo cuando Vettel era líder.
Mi opinión sobre lo que pasó ayer es que en el muro púrpura se enfadaron por los riesgos innecesarios que tomó su líder al intentar pasar al coche. Y porque Webber se puso en modo Estambul 2010 y le complicó el adelantamiento todo lo que pudo. Entonces Sebastian terminó fuera.
Pero no les molestó, ni mucho menos, que Vettel, ganara ayer la carrera. La obsesión del equipo de Horner por parecer que no dan órdenes de equipo o que, como en este caso, son capaces de dárselas a favor de su segundo espada, dejó a sus pilotos enfrascados en una guerra civil. Y lo que se oyó por radio de Horner por radio es la purad verdad: “Habéis hecho una tontería”. En la antesala del podio Newey criticó al tricampeón por su movimiento, pero también le dijo que pidiera disculpas. Y Webber escenificó su enfado: “Box 2-1”. Y luego sobre el cajón, Mark dejó clara la traición, finalizando con un glorioso: “Lo siento por Fernando”.
Pero si analizamos a todos los actores, hay un tufillo raro. Un sobreactuado piloto australiano que dice que en las últimas quince vueltas se le pasaron muchas cosas por la cabeza, incluido su futuro; el tricampeón que en vez de presumir de que se merecía el triunfo intenta parecer un niño bueno y el equipo (Horner) que insiste en que Seb ha pedido disculpas y fue el único culpable. Eso sí, también recuerda que esto viene de antaño y que Webber ya atacó a su compañero en Brasil cuando le pidieron que no lo hiciera. Al final, el primer mensaje al gran público es que un supercampeón no pudo frenar su sed indomable de triunfo. El segundo, que Mark fue un hombre de equipo, pero también demasiado agresivo. Y el tercero que la escudería campeona del mundo apoyó a su segundo piloto para que ganara porque se lo merecía. Pero que como Seb es tan bueno...
Todo un teatro que esconde el objetivo cumplido, la victoria del que tocaba bajo el manto de una lucha en condiciones desiguales. Y hoy y mañana presumirán de que ayudaron a Mark, que tiene igualdad con el box de al lado. Mientras el 'afligido' tricampeón sonríe a carcajadas con otra nueva victoria para su palmarés.
En el fondo, lo que ha pasado en Malaisia se asemeja mucho a lo que sucedió en McLaren durante aquella recordada calificación del GP de Hungría de 2007. Pero con uno de los actores principales, Alonso, bastante más duro que Webber. Fernando ya sabía la mañana de aquel sábado que Hamilton no iba a aceptar ceder la vuelta extra. Hablamos de esa décima y media de ventaja que lograba el piloto que salía último a la crono.
Y es cierto que a Lewis le pidieron que obedeciera por radio, y que no lo hizo entre insultos. Pero le podrían haber frenado si de verdad hubieran querido, como en esta ocasión a Sebastian. La respuesta del piloto español hace cinco años fue una jugada preparada de antemano, retrasar en las paradas en boxes a su compañero hasta dejarle sin tiempo para dar más vueltas. Algo que no era penalizable, pero que la FIA sancionó “porque no creía” las explicaciones de Alonso. Y sin artículo del reglamento al que referirse. Tiempo después Mosley reconoció off the record que tomó la decisión de sancionar a Fernando para hacer estallar el avispero de McLaren. Fue pura política.
Igual que la tibia defensa que McLaren hizo aquella larga tarde del asturiano. Cumplieron el expediente enfadados porque fue el padre de Hamilton quien motivó la investigación, pero en el fondo lo que Ron deseaba era lo que sucedió, que a Lewis le dieran la pole y el díscolo Fernando saliera retrasado. Teatro del bueno, como Red Bull en Sepang. Hipocresía británica. Fórmula 1.
En Ferrari pecan de lo contrario, dejan muy claros sus movimientos. Pero es más honesto. En Australia dejaron fuera a Massa en la segunda parada con el objetivo de beneficiar a su líder, que además iba más deprisa y podía darles un mejor resultado en carrera.
Y en Hockenheim 2010 Fernando fue el más rápido de los dos todo el fin de semana. Pero él sí se bajo del coche como hacen los campeones. Sin pedir disculpas por ganar y recordando que él iba más rápido y que había merecido la victoria. A muchos les escoció, pero, aunque quede mal, esa es la verdad de los ganadores. Nada que ver con las caras de niños buenos y las disculpas de boquilla a sus compañeros que ayer exhibieron Vettel y Hamilton.

lunes, 18 de marzo de 2013

Melbourne 2013: Un cambio de estrategia que puede valer por un título mundial


El asturiano llegó a tener casi pasado a Massa en la primera vuelta de Melbourne, pero Felipe le metió una frenada de órdago al estilo de Hamilton y el Ferrari número tres levantó para no tocarse. Después, fue Fernando quien solicitó a Stella adelantar cuatro vueltas la parada sobre el plan inicial. El equipo aceptó y gracias a eso pudo pasar a Massa y Vettel de una tacada.


Después de tres años juntos sólo a un iluso o un inocente se le puede ocurrir pensar que Fernando Alonso no es el número uno de Ferrari. Lo dicen las diferencias abismales en puntos y en la calificación entre él y Massa. A una vuelta el resultado fue 17-2 el año pasado.
Y una carrera buena del brasileño en Interlagos 2012, en la que sin presión fue algo más veloz que el asturiano, no cambia las cosas. En Austin su coche corría más que el número cinco, aquejado de un fallo en su evolución aerodinámica. Si Felipe sigue en Fórmula 1 es por la paciencia infinta que su equipo y su compañero tuvieron con él el año pasado. Y, aunque es comprensible que le molestara parar tan tarde como lo hizo en la segunda detención, el cambio de estrategia de Fernando es de los que, al final, dan títulos mundiales. Su compañero brasileño estaba fracasando ese momento en su presión a Vettel. Era el papel de estandarte del equipo que le dieron en la primera parada, cuando se detuvo antes siguiendo la vieja teoría de que el que va delante manda. Y dejaron que Raikkonen se comiera a un Alonso que alargó una vuelta más con los neumáticos en las lonas.
Melbourne es la ciudad que más le gustaría a Vivaldi, de una calle a otra se cambia de estación al ritmo de las nubes, del viento, el río y el mar... Junto al Yarra pasea media Fórmula 1 y da para comentar en corrillos los temas del día. Acongoja el ritmo de Lotus (no así su calificación), Red Bull tiene un problema con su concepción de monoplaza para unas ruedas que se calientan solas y siempre falla el coche de Webber. Además, se habló de los problemones de McLaren (ojo que podrían volver en Barcelona al concepto 2012)... Y el calentón de Felipe con la estrategia.
Me harté de contar en directo ayer que era un error que Massa fuera tan beligerante, que no pueden jugarse un accidente y que, salvo que pasara a Vettel, tenía que detenerse después en la primera parada. Pero al decir eso, en el reino del buenismo te señalan inmediatamente como un ultra indigno.
Sin embargo, cuando le preguntas a una de las figuras más respetadas del paddock entonces las miradas que te rodean cambian. Para mantener el off the record no diremos su nombre, pero esto es lo que piensa la gente que sabe: "En la Fórmula 1 moderna no queda tiempo para el romanticismo. Lo de Prost y Senna sólo se puede hacer con un coche infinitamente superior al resto. Si tuvieras a dos pilotos como Alonso y Vettel podría ser lógico que lucharan entre ellos, pero cuando hay mucha diferencia, sobre todo en carrera, entre tus dos pilotos, debes apostar claramente por el mejor, el que te puede dar más cosas. Sólo se puede ganar un Mundial con un número uno y un dos bien definidos".
El capuccino baja de nivel mientras nuestro interlocutor prosigue su disertación en su idioma materno: "No sé si Alonso habría ganado de pasar rápido a Massa, pero sus tiempos sí que se resintieron con tráfico, y la decisión que después tomó Ferrari de adelantar la segunda parada de Alonso fue la más correcta". De haber resuelto el conflicto rojo ya en la primera parada, el asturiano sí que podría haber intentado ir a dos como Raikkonen. Aunque todos en el paddock creen que Iceman podría haber apretado aún más el ritmo con su velocísimo Lotus.


Un equipo donde, por cierto, sonríe feliz Manuel Muñoz, el ingeniero español de Pirelli asignado a la escudería británica, y decisivo a la hora de cantar a los ingenieros del equipo de negro las vueltas que le quedan al neumático en las tandas largas. Y también en la decisión de optar por hacer dos paradas sí o sí.   Este catalán de 35 años criado en Alcalá de Henares sabía que sufrirían a una vuelta, pero que optaban a todo. También en Ferrari. Algo olía a podrido en Red Bull... Y no era sólo el KERS, que acabó con los sueños de Webber en los primeros metros.



Alonso jugó al baloncesto para relajarse

En cualquier caso, que nadie piense que hay mal rollo en Ferrari. Más bien al contrario, después de un comienzo mejor de lo esperado. De hecho, Massa no quiso entrar en más polémicas horas después de la carrera y Domenicali atribuyó la decisión de la parada enteramente al equipo: "Vimos que Fernando tenía problemas con el tráfico, con Massa y Vettel y fue la manera de que pudiera ir delante con aire limpio y colocarse líder. Con Felipe nos equivocamos al alargarlo por una vuelta, son cosas que pasan". El domingo por la noche sus pilotos disfrutaron de la fiesta de arranque de la temporada y hoy han jugado al baloncesto. De la Rosa iba en un equipo y Alonso en otro. Ganó el de Pedro y el catalán presumió de llevarse los cincuenta euros de la apuesta.