miércoles, 20 de octubre de 2010

El extraño viaje a Corea y el cordero al matadero

Hola a todos

Son las dos y veinte de la mañana en un lugar perdido de Corea. Se llama Gwanju y sólo sé que está a una hora del nuevo circuito de Yeongam y a 26 de viaje de casa. Iba a escribir desde la típica silla con mesita de los hoteles de medio mundo, pero me he dado cuenta de que no hay. Lo único occidental de la habitación es la cama. La mesita de centro es baja y tiene un cojín para ponerse de rodillas, al estilo oriental. La televisión también está sobre un mueble bajo, pero como la cama es alta, no se ve bien el Madrid-Milan que ponen en diferido. Y el lavabo es también increíblemente bajo, como el de mi niña Claudia en su colegio. Me sorprende, porque aquí la estatura de la gente es normal. Pero es un hotel más que correcto. Cuando cogí el avión por la mañana ni siquiera sabía cuál iba a ser mi destino.
En el aeropuerto nos recogió a Manuel Franco y a mí un taxista multidisciplinar, capaz de conducir, ver la televisión (llevaba una especie de Corea Directo que miraba de reojo) y hablar por el móvil a la vez. Al llegar al hotel, la recepcionista me preguntó 17 veces por el bono y después de no pocas discusiones más por símbolos que otra cosa (apenas sabía inglés), tuve que ponerla al teléfono a la corresponsal de la agencia para poder subir con tranquilidad a la habitación.

Estas son las primeras incidencias de un viaje mucho menos tranquilo de lo habitual por la escasez de plazas hoteleras y la tardanza en dar el OK a la carrera. Otras cosas son los moteles de amores fugaces (y ahora ausentes) de Mokpo, donde se aloja la mayoría de la prensa. Los dos pilotos españoles ya han llegado al circuito. Fernando Alonso reconoció la pista en bici y la definió como "una mezcla entre Bahrain, Turquía y el último sector de Abu Dhabi". Es decir, primer sector para Ferrari, segundo para Red Bull y tercero igualado. Con los McLaren y Kubica como peligrosos animadores. Alguersuari dio la vuelta a pie y bastante abrigado. Le preocupa enfrentarse a la recta más larga del Mundial sin conducto F. Mañana veré la pista, pero en las fotos se ven zonas muy inacabadas y un asfalto rezumando aceite, demasiado 'verde'.
Si la pista está muy deslizante tendrá más posibilidades. No así Button, que en Japón fue ajusticiado como un "cordero que llevan al matadero". La frase no es mía, es de Christian Horner. El propio Jenson no se explica por qué su equipo le puso gasolina para tres vueltas en la calificación de Suzuka (algo que ha pasado misteriosamente desapercibido en la prensa internacional), cuando hizo el tiempo a la primera: "Sin esa gasolina extra podría haber estado tercero en parrilla y, después, en carrera, tardé mucho en poner las blandas". Según Horner, la táctica de McLaren fue sacrificar a Jenson con un ritmo bajo para que Hamilton se acercara a la cabeza. En Red Bull tampoco pueden dar lecciones, porque Mateschitz, el dueño de la bebida energética ya ha dictado sentencia: "Vettel es más rápido en este momento que Weber". Aunque insista en que no habrá órdenes, éstas se pueden dar, como sabemos desde la fábrica. Y esa insistencia con el alemán puede beneficiar a Alonso... siempre que Seb no termine delante de él.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sushi, pánico sobre ruedas y la última de Massa

Hola a todos

Y vamos a lo que nos espera este fin de semana en Japón. Escribo estas líneas preso del sueño. He dormido apenas dos horas de las quince de viaje e intento aguantar como sea para irme pronto a la cama y adaptarme al cambio horario. Por primera vez el hotel esté en Suzuka y es un alivio. Ayer vimos a Fernando Alonso y estaba tranquilo, pero mantiene el aire ausente de las últimas carreras, imbuido de la misión de ganar el título. Con el asturiano pude hablar de bicis, de restaurantes cerrados y nada de Fórmula 1. Han clausurado el Campanella, un italiano de su hotel que le trajo buena suerte en 2006 y en el que repite cena desde hace años el día antes de cada carrera. Es como la pizza con cebolla (que no le gusta), pero repitió este año en varias cenas en Monza. Superstición le llaman.También hablamos algo de la carambola de los números del fin de semana, pero él sólo sonríe tímidamente, y no quiere nombrar la palabra victoria, como ya hizo en las dos anteriores carreras.

En esta jornada que empezó en martes y acabó en jueves, viajé en coche desde Nagoya con mi compañero Álvaro Faes, de La Nueva España, y, al equivocarnos en un cruce, nos vimos con dos filas de coches en dirección contraria. Lo curioso es que nadie pitó. No me imagino la que nos hubiera caído en España. 
Alonso llegó al circuito a las cuatro menos cuarto de la tarde, se reunió con su inseparable ingeniero, Andrea Stella, y dio varias vueltas de reconocimiento a una de las pistas de sus amores, que apenas tiene unos ligeros cambios en uno de los bordillos. Ahi están sus eses, temibles (y que han inspirado al asturiano en la zona más técnica de su circuito de karts), el spoon, la 130 R y la frenada de la chicane. La vida pasa muy deprisa en el trazado nipón. Es una mezcla de Spa y Silverstone, es decir, Red Bull en estado puro. Mezclarse entre ellos suena a hombrada. El F10 presenta algunas mejoras, pero sus rivales también. Pude saludar también a Jaime Alguersuari, que reconoció el circuito a la carrera y tiene la moral a tope después de las siete décimas por vuelta que le han mejorado al coche en los últimos grandes premios. Aspira sin tapujos a los puntos. Se echa de menos a De la Rosa, en su segunda casa, pero ya trabaja en el proyecto de Pirelli. El padre de Kamui Kobayashi reparte sushi en la sala de prensa y Telmex millones de euros para subir en 2011 al, por otra parte, brillante Sergio Pérez. Todo esto en el circuito de la noria, de Senna y de Prost, de la pasión irracional por la Fórmula 1, los coches con forma de cubo y los navegadores enormes en utilitarios de tres al cuarto.
El día nos dejó también la rebelión de Raikkonen contra los ecos de sirena de Renault, según él falsos: "No correré seguro con ellos". Y las palabras de Massa el rebelde: "Por supuesto que no seré el segundo Rubens Barrichello de Ferrari. Si eso ocurre, dejaré de pilotar. No voy a correr para sólo aspirar a ser segundo. Fernando es muy bueno, está claro, pero no es mejor que mis otros compañeros de equipo. Es mi culpa no haber estado tan bien como solía. He tenido graves problemas con las ruedas. Por mi estilo de pilotaje, incluso los neumáticos blandos son demasiado duros. Y muchos otros pilotos tienen el mismo problema. No creo que Michael se haya olvidado de cómo pilotar". Y contestó a desgana sobre su forma de ayudar a Alonso: "Si estoy delante de los rivales, pero detrás de Fernando, les quitaré puntos, y eso le puede venir bien".
Así habla el hombre al que Montezemolo le ha pedido compromiso para que el asturiano sea campeón (las declaraciones son anteriores a las palabras de su jefe). Me temo que el piloto de Sao Paulo quiere ganar en Interlagos, aunque fastidie la corona del verdadero número uno de la escudería. Es humano, pero puede levantar la furia del presidente de Ferrari.


PD: Respecto a la entrega anterior, que nadie de los que no he nombrado se me enfade. Me ha alegrado leer de nuevo a Sole, una auténtica artista, y no, no me olvido de la fenomenal sección de infografía, ni los informáticos, maquetación o documentación. El saludo era para todos mis antiguos compañeros.